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Un breve repaso a la historia de la villa

Situado en la zona oeste de la provincia burgalesa y a sólo 48 kilómetros de la capital, Castrojeriz representa una de las paradas de interés del Camino de Santiago. La localidad castellano-leonesa  está poblada hoy en día por casi 600 habitantes, viendo aumentada esta cifra durante los períodos vacacionales y especialmente durante la época estival, cuando la villa se convierte también en hogar de numerosos turistas y veraneantes. El humilde pueblo de Castrojeriz constituyó en un pasado un enclave importante dentro de la Corona de Castilla, pasando en repetidas ocasiones entre manos árabes y cristianas y siendo uno de los centros neurálgicos de las operaciones llevadas a cabo por el reino.  

Villa de origen incierto, la primera vez que fue documentada apareció bajo el nombre de "Castrum Sigerici", que pronto evolucionaría adoptando nombres similares como "Castro Xeriz" o "Castro Sorit". Se cree que el primer asentamiento se situó en lo alto del cerro, datando los restos más antiguos encontrados alrededor del 1500 a.C., en plena Edad de Bronce. 

El pueblo se extiende a lo largo de dos kilómetros rodeando el cerro que sustenta el castillo en su parte superior

Al igual que gran parte de la Península Ibérica, Castrojeriz sufrió una profunda romanización adquiriendo así el nombre de "Segisama Julia", período durante el que la villa se encontraba bien comunicada con el resto de poblaciones importantes a su alrededor mediante dos calzadas principales. Pero tras el auge romano llegaron las invasiones germánicas, y el pueblo entró en decadencia bajo el poder visigodo. A partir de este punto, Castrojeriz se sumió en el abandono, pasando de manos moras a cristianas según las diferentes épocas; la única construcción que nunca llegó a abandonarse del todo fue el castillo. 

La villa burgalesa desempeñó un importante papel durante la Reconquista, adquiriendo vida de nuevo y convirtiéndose, de la mano de Nuño Núñez (restaurador de la villa), en la capital más importante de su zona hacia finales del siglo IX. Nuño Núnez llegó a ostentar la distinción de Conde de Castilla. En este momento de la historia, tal es la importancia de Castrojeriz que se convierte en foco de repoblación de los territorios colindantes, dicta leyes a gran parte de los territorios castellanos e incluso interviene en la fomación y estructuración de Castilla. 

Monumento colocado en la Plaza del Fuero en recuerdo a la distinción obtenida por los habitantes de Castrojeriz en el año 974

En el año 974, las gentes que poblaban y defendían Castrojeriz ante las constantes batallas recibieron el Fuero de la mano de Garci Fernñandez (en ese momento Conde de Castilla), una distinción que les reconocía una serie de privilegios por los servicios prestados durante la Reconquista. En este contexto, la villa fue creciendo impulsada por su agricultura y ganadería, a la cabeza de una Castilla que cada vez se enriquecía más y más. 

Durante el reinado de los reyes católicos y con la pacificación del reino, Castrojeriz continuó prosperando estableciendo negocios con Flandes, Italia y Francia. Asimismo, la Iglesia también supuso un elemento importante en el crecimiento del pueblo, ya que el clero era muy numeroso en la villa y daba trabajo y mantenía a familias enteras.

Con la decadencia de la Corona de Castilla, Castrojeriz perdió toda su importancia hasta llegar a los siglos XVIII y XIX, cuando el auge de la industria y las ciudades mermó notablemente su población, hasta verla hoy en día reducida a menos de 600 habitantes. No obstante, la villa burgalesa aún recuerda su historia y gloria pasadas, manteniéndose actualmente como un punto clave en el Camino de Santiago y un bonito rincón por descubrir para el turismo.

Si te interesa conocer más curiosidades acerca de la villa mientras te adentras en sus calles puedes ver el siguiente reportaje:

Fuente: RUIZ, Ángel, "Castrojeriz; Camino de Santiago", 1992.  

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